La ONG norteamericana Southern Poverty Law Center (SPLC)
ha denunciado la presencia de neonazis en las patrullas civiles que controlan
las fronteras de los EEUU con México a partir de la nueva ley del estado de
Arizona sobre inmigración. Jason “J.T.” Ready (en la foto) no esconde su
relación con el Movimiento Nacional-Socialista, y es tan solo uno de los
ejemplos que confirma la presencia de neonazis en las patrullas de frontera.
Desde 2009, se han detectado al menos 932 grupos de odio en los EEUU activos.
SPLC alerta contínuamente de la activitat ultra en los EEUU, y ha realizado un
interesante informe en el que alerta sobre el incremento de los grupos de odio
armados, así como de los crimenes de odio contra los latinos, que han aumentado
un 40% desde 2008. Publicamos las conclusiones del informe y el mapa del ‘odio
en los EEUU. Notícia d’ El Nuevo Herald:
Dirigente neonazi vigila frontera en Arizona
Por Michelle Price (AP)
PHOENIX — Grupos de voluntarios civiles, un aumento en el
número de agentes de la patrulla fronteriza y una nueva ley de inmigración no
son suficientes para un conocido neonazi que ahora encabeza una milicia en el
desierto de Arizona.
Jason “J.T.” Ready está tomando el asunto en sus propias
manos, declarando la guerra a los “narcoterroristas” y vigilando para detectar
a inmigrantes ilegales. Hasta ahora, dice Ready, sus patrullas han encontrado
unos pocos inmigrantes, a los que dieron agua y entregaron a la patrulla
fronteriza. Dice que una vez encontró un cadáver descompuesto en una aguada y alertó
a las autoridades.
Pero las agencias locales del orden están nerviosas, dado
que el grupo de Ready está fuertemente armado y se identifica con el Movimiento
Nacional Socialista, una organización que piensa que solamente los blancos no
judíos heterosexuales deberían ser ciudadanos estadounidenses y que todos los
demás deberían dejar el país “pacíficamente o por la fuerza”.
“No vamos a cruzarnos de brazos y esperar a que el
gobierno” actúe, dijo Ready. “Esto es lo que hicieron los padres fundadores del
país”.
Una escalada de los grupos civiles de vigilancia
fronteriza ha ocurrido en Arizona en años recientes, incluyendo el movimiento
Minutemen, que toma su nombre de una milicia de la guerra de independencia.
Varios grupos patrullan el desierto a pie, a caballo y en
aviones y reportan actividades sospechosas a la Patrulla fronteriza y,
generalmente, no han causado problemas para las agencias del orden.
Pero Ready, un ex infante de Marina de 37 años, es
diferente. Él y sus amigos lucen uniformes de camuflaje, chalecos antibalas y
máscaras de gas, y portan fusiles automáticos. Ready se ofende cuando le llaman
neonazi, pero admite que se identifica con el Movimiento Nacional Socialista.
“Esos son nazis explícitos”, dijo Mark Potok, del
Proyecto de Inteligencia del Southern Poverty Law Center. “Son personas que
llevan la esvástica en la manga”.
Ready es un reflejo de la furia sobre la inmigración
ilegal en Arizona. La gobernadora Jan Brewer firmó recientemente una ley que
requiere que la policía, cuando hace cumplir otras leyes, interrogue a una
persona sobre su estatus de inmigración si tiene suficiente razón para creer
que la persona está ilegalmente en el país. La ley ha sido impugnada por el
gobierno federal y diversas entidades.
Pero Brewer no ha hecho lo suficiente, dijo Ready, y
agregó que no está satisfecho con la decisión del presidente Barack Obama de
fortalecer la vigilancia en la frontera.
El alguacil del condado de Pinal, Paul Babeu, dijo que no
ha habido problema alguno con el grupo durante los patrullajes por su
jurisdicción, que incluye varias zonas usadas para el tráfico de indocumentados.
Pero Babeu está preocupado porque un grupo no entrenado, que actúa sin ser una
autoridad, podría causar “problemas severos”, poniendo en peligro a sus
integrantes y a otras personas.
“No los estoy invitando. Y de hecho, preferiría que ellos
no vengan, especialmente aquellos que abrigan odios como éstos”, dijo Babeu.
Las autoridades informaron que patrullajes como los de
Ready podrían socavar el trabajo de miles de agentes que laboran diariamente en
la frontera, especialmente si tratan de tomar la ley en sus manos.
Ready dijo que su grupo ha patrullado el desierto ubicado
unos 80 kilómetros (50 millas) al sur de Phoenix, en una zona donde un
vicealguacil de Pinal informó que un grupo de narcotraficantes lo hirió a tiros
en abril.
Algunos agentes de la Oficina de Control de Tierras se
reunieron con el grupo de Ready durante un patrullaje, y revelaron que no
detectaron infracciones a ley alguna ni intenciones de buscar un
enfrentamiento, dijo el vocero Dennis Godfrey.
Los patrullajes se han realizado en terrenos públicos, y
los miembros del grupo no tienen problemas por la portación de armas, debido a
las laxas leyes de Arizona en la materia.
La milicia se ha derivado de grupos de vigilancia que han
sido parte del debate sobre la inmigración en Arizona. El patrullaje en el
desierto de Arizona por parte de organizaciones de Minutemen atrajo la atención
nacional en el 2004 y 2005.
Esos grupos siguen operando en Arizona, y las autoridades
no suelen interferir en las operaciones de esos grupos, a menos que se hagan
justicia por propia mano.
Notícia de Contralínea:
Grupos de odio en EU, armados y en auge
Nydia Egremy – Contralínea
En Estados Unidos operan cientos de grupos armados con
miles de afiliados. Todos se alimentan de una ideología de odio que atenta
contra la seguridad de sus propios conciudadanos y de los extranjeros. Tras la
aprobación de la Ley SB1070 en Arizona, que para algunos constituye una amenaza
racista contra los inmigrantes, está la violencia de esas organizaciones
extremistas y el fracaso de un sistema económico.
La sombra del extremismo y el odio se proyecta sobre todo
el territorio estadunidense. Vigilantes fronterizos, supremacistas blancos,
afroamericanos separatistas, neonazis, neoconfederados –a favor de la
esclavitud y el separatismo del sur– homófobos y católicos radicales enfilan su
encono contra quienes son diferentes a ellos. Los militantes de esos grupos ya
no se limitan a participar en marchas, discursos y volanteos, sino que amenazan
y atacan a sus víctimas abiertamente, queman banderas mexicanas y atizan el
odio racial en todo el país, advierte el Informe de inteligencia 2010, del
Centro de Leyes para la Pobreza en el Sur (SPLC, por sus siglas en inglés).
Sólo en 2009, el número de los llamados “grupos de odio”
en Estados Unidos aumentó 54 por ciento respecto de 2000-2008; y oscilan entre
las tendencias de violencia contra los negros y la inmigración no blanca. En
2009, operaron ese país no menos de 932 grupos de odio, siendo los principales
el Movimiento Nacional Socialista (NSM, por sus siglas en inglés), el Imperial
Klans de América (IKA), el Vinlander Social Club (que agrupa a neonazis) y el
Consejo de Ciudadanos Conservadores (CCC).
Para Mark Potok, responsable del Informe de inteligencia
2010, esto se atribuye a los efectos en la población por la crisis económica y
la llegada del primer afroamericano a la presidencia de Estados Unidos. Detrás
de ese “enojo” que prevalece en el escenario político estadunidense, Potok
señala los cambios raciales entre la población, el aumento en la deuda pública
y la “terrible” situación económica por los apoyos que el gobierno destinó a
“los banqueros y otras elites”.
Esas medidas se consideran “socialistas” e incluso “fascistas”
por la derecha radical que se nutre de las teorías de la conspiración y el
racismo. Por esa razón, el periodista y experto en el movimiento de la derecha
radical, John Foster, Chip, Berlet ha expresado: “Estamos en medio de una de
las rebeliones de la derecha más significativas en la historia de Estados
Unidos”.
Chip Berlet, también analista de Asociados de
Investigación Política, advierte cómo se mezclan los movimientos populares,
sociales y políticos con personas “enojadas” contra el sistema de la burocracia
federal. Los llama “resentidos”, por los programas y políticas sobre la
inmigración, el trabajo, el aborto y los matrimonios homosexuales.
Tal escenario sirve de fermento para que se fortalezcan
grupos como el NSM, originado en Minnesota y que mantiene una red de 81
organizaciones en 36 estados. Esa fortaleza territorial lo mantuvo en 2009 como
el grupo más numeroso del escenario neonazi. Por su parte, entre los
principales grupos supremacistas figuran: IKA, con base en Kentucky, y el CCC.
El Informe de inteligencia 2010 muestra que sólo
Washington alberga a 15 organizaciones extremistas. Ahí militan la neonazi
Nación Aria, activa en la ciudad de Tacoma; la Hermandad de Klanes de los
Caballeros del Ku Klux Klan, y la organización de cabezas rapadas racistas
Volksfront de Seattle.
En el “Mapa del odio” (donde se muestra la actividad de
los grupos extremistas) del SPLC se observa que los estados de Estados Unidos
que lindan con México albergan numerosas organizaciones extremistas. Se trata
de 66 en Texas, 60 en California, 16 en Arizona y 51 en Florida. En la costa
Este se aprecia que Louisiana tiene 28, Missouri, 31; Alabama, 32; Georgia, 37;
Carolina del Sur, 36, y Carolina del Norte, 29.
Otras 24 operan en Arkansas, 27 en Ohio, 28 en Pennsylvania,
44 en New Jersey, 22 en Virginia, 28 en Illinois, 17 en Iowa, 13 en Virginia
Este, 31 en Nueva York y 16 en Massachusetts. También actúan 25 en Mississippi,
32 en Alabama. Dakota del Norte y Vermont figuran con una organización de odio
cada una; Nuevo México, el vecino occidental de Arizona, apenas presenta la
acción de dos grupos extremistas; Utah tiene seis y Nevada, 15.
Entre los grupos de odio con mayor actividad en Arizona,
están: la Patrulla Fronteriza Americana, que actúa en Sierra Vista, al igual
que los Hooligans Cabezas Muertas. En Tempe opera la organización homófoba
Iglesia Bautista de la Palabra de la Fe; en Tucson, el grupo de nacionalistas
blancos América Libre; en Colorado, la organización de odio generalizado Santos
Fundamentalistas de los Últimos Días, y en Mesa, la agrupación racista
Tripulación de Mesa.
En Phoenix, la capital de ese estado, tienen gran
actividad la agrupación separatista negra Nación del Islam, la racista
Hermandad de Klanes de los Caballeros del Ku Klux Klan, el neonazi Movimiento
Nacional Socialista; las antiinmigrantes Unidos por una América Soberana, Los
Chicos de Botas de Phoenix y la Volksfront.
Las expresiones del odio
Armados con fusiles, pistolas, radios, binoculares,
incluso con varias avionetas de las que disponen a su arbitrio, grupos de
civiles son la nueva expresión de la xenofobia y el racismo estadunidense. Por
esa tendencia a la alza, en 2008 la Oficina Federal de Investigaciones admitió
que los crímenes de odio contra los latinos subieron 40 por ciento de 2003 a
2007.
En medio de ese clima de desprecio, antipatía y rencor,
los inmigrantes construyen casas, edificios gubernamentales y escuelas, cocinan
en los restaurantes, sirven en las casas, entregan mercancías, barren las
calles de las ciudades, podan los jardines públicos y cultivan los alimentos
que consumen millones de estadunidenses. Constituyen la mano de obra más barata
que criminalizan los gobiernos estatales y el blanco del odio racista; son
imprescindibles para la economía y víctimas de la intolerancia.
Para los inmigrantes mexicanos, el recuento de las
acciones de los militantes de la agrupación Minutemen American Defense (MAS) es
penoso. Este grupo, fundado en 2005, busca “proteger la frontera sur de la
contaminación a su cultura por parte de los inmigrantes” que “roban” sus
empleos a los estadunidenses.
Su directora ejecutiva, Shawna Forde, fue arrestada,
junto con Jason Eugene Bush y Albert Robert Gaxiola, luego de asesinar en mayo
de 2009 a Raúl Flores –quien guardaba droga y dinero en su casa, presuntamente
para contribuir a las actividades del MAS?. Su hija de nueve años, Brisenia
Flores, murió por los disparos en esa incursión de los Minutemen en Arivaca,
Arizona.
Entretanto, los miembros de la agrupación xenófoba
Proyecto Minutemen relanzaron en mayo pasado su campaña antimexicana. En voz de
Raymond Herrera, de ascendencia mexicana, y uno de los representantes más
aguerridos de ese grupo, el grupo expresó ante los medios de Arizona: “Los
mexicanos que se vienen para acá son ilegales, son criminales. La gente de
México trae droga, trae muerte para Estados Unidos”.
Otra activa antiinmigrante es Susan Tully, directora
regional de la Federación para la Reforma Migratoria de Estados Unidos. En
2004, Tully afirmó que los inmigrantes que cruzan la frontera con Estados
Unidos “no vienen a convertirse en estadunidenses”. En el caso de los
musulmanes que radican en aquel país, les reprocha que “sólo promueven la
colonización de su propia religión y de su propia cultura”.
Entre quienes en sus discursos llaman a la violencia
contra los mexicanos, destaca Laine Lawless, dirigente de la organización
antiinmigrante Guardianes Fronterizos. Un video de la televisora Canal 9 KGun,
de Tucson (del 16 de diciembre de 2006), la muestra llamando a sus compatriotas
a rechazar “con fuerza” a los mexicanos indocumentados. Ese mismo año, Laine y
Roy Warden encabezaron la quema de banderas mexicanas ante varios cientos de
asistentes a una reunión.
El SPLC encontró que, el 3 de abril de 2010, Laine envió
un mensaje a Mark Martin, dirigente de la Unidad de Ohio Occidental del Movimiento
Nacionalista Socialista. En ese correo electrónico, que llevaba por título
“¡Cómo sacárnoslos de encima!”, la militante “sugirió varias maneras de
hostigar y aterrorizar a los inmigrantes indocumentados, incluidos el robo y
las golpizas a la salida de las fábricas”.
En julio de 2008, dos jóvenes blancos de Pennsylvania
fueron acusados de golpear hasta la muerte a Luis Ramírez, un mexicano que
caminaba con una mujer blanca. En la audiencia preliminar, un policía retirado
testificó que escuchó cuando uno de los atacantes gritó a la mujer: “¡Dile a
tus amigos mexicanos que se vayan de Shenandoah o quedarán igual que él!”
Ese acto, considerado un crimen de odio y asesinato en
tercer grado, sólo obtuvo una sentencia por asalto simple. A partir de entonces,
la Fundación Mexicano-Americana para la Defensa Legal y Educacional emprendió
una campaña para que el Departamento de Justicia juzgue por crimen de odio a
los atacantes de Ramírez.
Organizaciones como Guardián, que actúa en San Diego,
California, la asociación Mantenga la línea en El Paso, Texas, la llamada
Rescate del Rancho y la American Border Patrol anunciaron la reanudación de sus
actividades al comienzo de la primavera de 2010.
Las acciones xenófobas no sólo proceden de civiles, sino
de autoridades estadunidenses. El 6 de febrero de 2009, Joe Arpaio, alguacil
del condado Maricopa en Arizona, decidió alojar en frágiles carpas a
indocumentados arrestados. El distrito bajo la influencia de este funcionario
incluye Phoenix, la capital del estado que dos meses después de esos hechos
promulgó la polémica Ley SB1070.
Conocido como el “sheriff más duro de América”, Arpaio ha
creado una suerte de “campo de concentración” donde los presos viven, rodeados
de alambradas y torres de vigilancia y se les obliga a vestir uniformes a
rayas. Esa vestimenta oculta el color rosa de su ropa interior, zapatos y
toallas “como una forma de humillación”, reveló el 27 de abril el diario
español El Mundo.
Ante la agresiva campaña antiinmigrante que lanzan las
milicias, destacadas principalmente en la línea divisoria entre México y
Estados Unidos, la Red de Acción Fronteriza lanzó una campaña para instar a las
agencias gubernamentales a tomar cartas en el asunto y acotar la actuación de
esas milicias.
Red de Acción Fronteriza trabaja en el sur de Arizona y
busca asegurar la protección de los derechos de las comunidades inmigrantes y
fronterizas. Ha señalado que los funcionarios locales “debieron haber hecho su
trabajo, aplicando la ley desde hace años para detener a este tipo de grupos
paramilitares” y hacer cumplir la ley.
Por esa razón, invitó a los ciudadanos de Arizona a
llamar por teléfono y enviar correos electrónicos a esos funcionarios para
exigirles que apliquen la ley: “¡Hagamos sonar sus teléfonos hasta el cansancio!
¡No permitamos que suceda otra vez un acto de violencia!” son los llamados de
esta agrupación.
Contra la educación
Momentos después de que la gobernadora de Arizona firmara
la ley antiinmigrante de Estados Unidos, la Junta de Gobernadores de la Asociación
Americana de Abogados de Inmigración (AILA, por sus siglas en inglés) instruyó
a su Comité Ejecutivo para cambiar la sede de su conferencia prevista para
otoño, que se realizaría en Arizona.
Ese mismo martes 23 de abril, Bernie Wolfsdorf, el
presidente de esa agrupación explicaba: “No podemos, en plena conciencia,
gastar dólares de esta asociación en un estado que deshumaniza a la gente que
representamos y por la que luchamos. Lo que la gobernadora Brewer hizo, al
firmar esa ley, es validar todos los miedos irracionales de las personas que no
desean reconocer los beneficios económicos y culturales de la inmigración hacia
nuestro país”, completó Wolfsdorf.
El abogado insistió en que si el pueblo de Arizona busca
terminar con la inmigración ilegal en serio, en primer lugar deberían estar en
primera línea en el Capitolio para urgir al Congreso que haga lo correcto y
apruebe la reforma migratoria integral.
La AILA agrupa a los abogados especializados en temas
migratorios, promueve justicia, aboga por una ley y política de inmigración
razonable y justa, y propone avanzar en una ley de calidad de la inmigración y
de nacionalidad que fortalezca el desarrollo profesional de sus miembros.
Por su parte, el 28 de abril, Mary Bauer, directora legal
del SPLC, expresó que la Ley de Inmigración de Arizona “viola la Constitución y
garantiza el perfil racial”. La reciente ley es inconstitucional y pisoteará
indudablemente los derechos civiles de los residentes atrapados en su camino,
pues al tener una “sospecha razonable” de que una persona está ilegalmente en
el país, los abogados de Arizona han creado un sistema que garantiza el perfil
racial. También usurparon a la autoridad federal al intentar reforzar la ley de
inmigración. Simplemente “esta ley es un desastre en materia de derechos
humanos y un insulto a los valores estadunidenses”.
A su vez, desde México, Edmundo Ramírez Martínez,
secretario de asuntos migratorios de la Confederación Nacional de Organizaciones
Populares, alertó que la Ley SB1070 ocasionó ya el crecimiento de los grupos de
odio contra mexicanos en Estados Unidos, ya que de 880 que se identificaron en
2009, “para este año ya se tienen 1 mil 250”.
Respecto del futuro profesional de los mexicanos que
estudian en Arizona, Aarón Enrique Almada, consejero universitario de la
Universidad de Arizona y estudiante de maestría en educación crítica y estudios
migratorios, dibuja un escenario difícil: “Antes de que se promulgara esa ley,
muchos de los estudiantes mexicanos venían a Arizona para estudiar, y luego de
recibirse, muchos no regresaban a México, sino que encontraban empleos en
Estados Unidos o en otros países. Creo que los pocos que hubieran podido venir
a estudiar y luego regresar como profesionistas en México, lo pensarán dos
veces antes de tomar esa decisión.”
Hace notar que las universidades de Arizona son las que
tienen las colegiaturas con precios más razonables de Estados Unidos, pero por
esa nueva legislación migratoria, las familias podrían optar por inscribir a
sus hijos en universidades de California o de otros estados, “aunque gastarán
más de lo que hubieran erogado aquí en Arizona”. Tan sólo por el costo de nivel
de vida familias extranjeras –no sólo mexicanas–, se ahorran mucho dinero en
matricular a los estudiantes en Arizona.
Almada anticipa que esta ley “sí tendrá un efecto
negativo en el desarrollo futuro de México”. Subraya, sin embargo, que con un
pensamiento “idealista”, ésta es una oportunidad “perfecta” para que los estados
norteños de México desarrollen programas de postsecundaria para ser más fuertes
y competitivos.
“La gente que está acostumbrada a cruzar la frontera
diariamente ya no lo hará tan frecuentemente o dejará de hacerlo por temor a
ser víctima de abusos a sus derechos civiles”. Aprecia que el efecto negativo
de la nueva norma migratoria será más pronunciado en las zonas de mayor
interacción y mucha gente inocente puede resultar perjudicada, aunque vaticina
que “México seguirá siendo visitado por turistas que traerán con ellos sus
dólares para gastar”.
El futuro del racismo
Las organizaciones extremistas estadunidenses, opuestas a
la inmigración mexicana, podrían aumentar en la medida en que sus acciones se
fundamentan en estereotipos o distorsiones que, conforme se generalizan,
impactan en la política migratoria federal o estatal, señala José María Ramos,
doctor en ciencias políticas y sociología por la Universidad Complutense y el
Instituto de Investigación Ortega y Gasset de Madrid.
Estima que, en este sentido, la política exterior
mexicana ha sido insuficiente para entender esas dinámicas locales regionales.
Para el también investigador del Colegio de la Frontera Norte, la falta de
información sobre las acciones que realizan estas agrupaciones contra los inmigrantes
“es parte del desconocimiento que se tiene acerca de estos actores y de la
forma en que se articulan en las agendas locales- regionales y en las políticas
binacionales”.
Generalmente se les tiende a minimizar, “pero conforme
responden a demandas sociales, tienen un impacto en las políticas estatales”.
Glosario de la intolerancia
Antiinmigrante: los grupos de odio más extremistas entre
los cientos de nativistas y vigilantes que han proliferado en el país desde
finales del siglo XX, cuando la xenofobia antiimigratoria se elevó a niveles no
vistos en Estados Unidos desde la década de 1920.
Odio general: estos grupos reúnen una variedad de
doctrinas de odio rabioso y creencias que no son fáciles de categorizar. Ahí se
incluye a un grupo “judío” extremadamente radical contra los árabes y a un
grupo “cristiano” que es anticatólico. También, a una secta mormona polígama
racista. Muchos de esos grupos reúnen en su doctrina una miscelánea de ideas de
odio de diferentes sectas del movimiento supremacista blanco.
Neonazis: comparten la devoción por las ideas de Adolfo
Hitler y la Alemania nazi, así como el odio contra algunas minorías, como
homosexuales, judíos, a los que atribuyen una conspiración para controlar
gobiernos, instituciones financieras y los medios.
Cabezas rapadas racistas: son un elemento particularmente
violento del movimiento supremacista blanco y se les conoce como “tropas de
choque” del mismo. Su apariencia es característica: cabeza rapada, botas, jeans
con tirantes y tatuajes típicos racistas.
Separatistas negros: se oponen a la integración y al
matrimonio interracial; luchan por instituciones separadas de los blancos (o
una nación propia). Muchas formas del separatismo negro son extremadamente
antiblancas y antisemitas.
Ku Klux Klan: con su larga historia de violencia, es el
grupo más infame de los grupos de odio estadunidenses. Aunque los
afroamericanos son su principal blanco, también ataca a inmigrantes,
homosexuales, judíos y católicos.
Fuente: Centro de Leyes para la Pobreza en el Sur (SPLC)
El Plan Brewer
La página oficial del gobierno de Arizona publica las declaraciones
de la gobernadora Jan Brewer sobre su Plan de Seguridad. Se trata de las nuevas
acciones de la Guardia Nacional y de 10 millones de dólares en estímulos
federales discrecionales para el Programa de Mejora de la Seguridad en la
Frontera. Esos fondos de estímulo se habían comprometido en la creación de
empleos, educación y salud pública y ahora se destinarán a resguardar la
frontera sur. Brewer justificó en esa ocasión: “El gobierno federal ha
fracasado en su obligación y responsabilidad moral de asegurar nuestra
frontera”.
El Plan Brewer pide cobertura adicional de la Guardia
Nacional, incrementa el patrullaje aéreo de esa institución, así como
ejercicios militares anuales regionales a lo largo de la frontera. También,
aumenta el apoyo económico y logístico a las fuerzas del orden locales, mejora
la interacción fronteriza de los condados y su asociación con las agencias
federales.
Adicionalmente, pide la expansión de la Junta de Tarea
Conjunta contra el Narco Terrorismo. Así, la Guardia Nacional de Arizona tendrá
capacidad de vigilancia en el terreno con la tarea Halcón Nocturno y realizará
150 misiones adicionales al año. La gobernadora aumentará el número de
helicópteros para vigilancia aérea.
Para alcanzar esos objetivos, la gobernadora solicitó al
presidente Barack Obama 250 nuevos elementos de la Guardia Nacional para la
Junta de Tarea Conjunta, además de los 140 miembros de la Guardia Nacional de
Arizona que ya participan en esa Junta.
Entre las nueve misiones nuevas que le asigna el Plan a
la Guardia Nacional, se incluye el “Reconocimiento encubierto adicional” con el
programa de vigilancia Halcón Nocturno. Otra más, denominada “Prioridades de la
guardia nacional”, pone en marcha la vigilancia del sureste del estado a partir
de un centro de sensores o cámaras.
Fuente: PatriaGrande
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