Con el impulso del gobierno “de los derechos humanos”,
tal como lo denominan los intelectuales de Carta Abierta, se viene
desarrollando hace años el “Proyecto X”, que contiene una base de datos
personales de dirigentes sindicales y políticos, elaborada por Gendarmería
mediante infiltración y espionaje. Siguiendo una vieja tradición, las
instalaciones de Campo de Mayo ahora ofician de “centro de reunión de
información”. Ha quedado en evidencia que la infiltración ilegal de personal
civil en manifestaciones, asambleas y otras actividades es parte de una
ingeniería de espionaje estatal que es utilizada para la persecución de
militantes y luchadores. La Gendarmería, que en las últimas décadas, desde el
menemismo en adelante, se abocó a “tareas internas” y supo convertirse en
baluarte de la represión a los luchadores a lo largo y ancho del país, es
actualmente el destacamento armado preferido del kirchnerismo, bajo las órdenes
de la Ministra Nilda Garré. Una vez más la realidad del gobierno K choca de
frente con los postulados de Carta Abierta, que se ha llamado a silencio.
La difusión del vergonzoso “Proyecto X” deja claro cuál
es la “seguridad democrática” que el progresismo ha postulado como línea
maestra de su gestión del “orden público”. La llamada “prevención del
conflicto” implica la infiltración, la saturación policial, la delación a los
luchadores populares y los procesos judiciales contra ellos. Ahora que la
seguridad democrática de espionaje y delación ha saltado a la luz, uno de sus
ideólogos, Horacio Verbitsky, volvió a utilizar su columna en Página/12 para
defender la doctrina de Garré y reivindicar la actuación “abierta o encubierta”
de las fuerzas represivas para impedir delitos. Verbitsky culpó a la
Gendarmería, no a su jefa, de interpretar el código “a su manera”, porque el
“Proyecto X” habría sido creado para la prevención del narcotráfico y el jefe
de la Gendarmería es “un “hombre de la DEA”. Sin que se le mueva un pelo, el
editorialista de Nilda Garré reconoce que la “seguridad democrática” del gobierno
que pretende erigirse en defensor de la soberanía es dirigida por el
departamento de Estado yanqui.
El “Proyecto X”, que pudo conocerse gracias a la denuncia
de un grupo de personalidades y organismos de Derechos Humanos, entre ellas
Nora Cortiñas, Elia Espen y Myriam Bregman, permitió a esta fuerza producir las
“pruebas” con las que se terminó procesando penalmente a dirigentes y
militantes obreros, estudiantiles y de la izquierda, muchos de ellos compañeros
que militan en las organizaciones que conforman el Frente de Izquierda y los
Trabajadores. La “megacausa” por los cortes de ruta en Panamericana, por la que
fueron procesados Vilma Ripoll, Néstor Pitrola, y siguen procesados delegados y
activistas de Kraft como Javier “Poke” Hermosilla, Lorena Gentile, Oscar Coria,
Ramón Bogado, así como Leo Norniella y Catalina Balaguer de Pepsico, es una de
las que se han “armado” con estos procedimientos.
Tal escándalo ha hecho que la denuncia fuera tomada
también por sectores de la propia oposición burguesa y hasta ex miembros del
gobierno K, aunque ellos mismos sean fieles defensores también de las
prerrogativas de los capitalistas que han tenido y/o tienen a nivel provincial
sus propios espías, sus propias represiones, sus propios asesinatos de
luchadores y militantes.
Bajo el extravagante nombre de “Proyecto X” no se esconde
un exabrupto represivo, o solo una excepción a la legalidad burguesa: es parte
del andamiaje represivo que conforman destacamentos armados que suman decenas y
decenas de miles de miembros, cuya función primordial va más allá del gobierno
de turno y consiste en defender mediante la fuerza cuando sea necesario los
intereses de los capitalistas. Para este objetivo, llegan incluso a violar los
marcos legales vigentes.
El “Proyecto X” tampoco es una excepción en el panorama
actual. Se suma a la sucesión de asesinatos de militantes y luchadores, se suma
a la sanción de la Ley Antiterrorista (que han votado oficialistas y
opositores), y a los miles de procesados por luchar. Y coincide con la “sintonía
fina” del ajuste y la preparación de los capitalistas y su Estado para
enfrentar la lucha obrera y popular con el objetivo de descargar la crisis
sobre las espaldas de los trabajadores.
Desde la Asamblea de docentes, intelectuales y artistas
en apoyo al Frente de Izquierda y de los Trabajadores, denunciamos estas
prácticas de espionaje y persecución. Exigimos el inmediato desprocesamiento y
la anulación de las causas, de los compañeros y compañeras de Kraft y PepsiCo,
así como de los más de 5000 procesados y que se haga pública toda la base de
datos del denominado “Proyecto X”, entregándole la información recopilada a
cada una de las víctimas de esta violación a las libertades democráticas; la
disolución de todos los organismos de inteligencia; y la anulación de la
nefasta Ley Antiterrorista.
Llamamos a una campaña activa, amplia y decidida, para
derrotar esta avanzada represiva, terminar con el espionaje y la infiltración,
que al calor de la “sintonía fina”, no hará más que profundizarse.
Fuente - ips.org.ar
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