Camilo
Cienfuegos, el Héroe de Cien Batallas y Señor de la Vanguardia, en su último
discurso pronunciado en La Habana, citó los últimos versos de este poema de
Bonifacio Byrne:
Al volver de
distante ribera,
con el alma
enlutada, y sombría
afanoso busqué mi
bandera
¡y otra he visto
además de la mía!
¿Dónde está mi
bandera cubana,
la bandera más
bella que existe?
¡Desde el buque
la vi esta mañana,
y no he visto una
casa más triste!…
Con la fe de las
almas austeras
hoy sostengo con
honda energía
que no deben
flotar dos banderas
donde basta con
una: ¡la mía!
En los campos que
hoy son un osario
vio a los bravos
batiéndose juntos,
y ella ha sido el
honroso sudario
de los pobres
guerreros difuntos.
Orgullosa lució
en la pelea,
sin pueril y
romantico alarde:
¡al cubano que en
ella no crea
se le debe azotar
por cobarde!
En el fondo de
obscuras prisiones
no escuchó ni la
queja más leve,
y sus huellas en
otras regiones
son letreros de
luz en la nieve…
¿No la veis? Mi
bandera es aquélla
que no ha sido
jamás mercenaria,
y en la cual
resplandece una estrella
con más luz,
cuanto más solitaria.
Del destierro en
el alma la traje
entre tantos
recuerdos dispersos
y he sabido
rendirle homenaje
al hacerla flotar
en mis versos.
Aunque lánguida y
triste tremola,
mi ambición es
que el sol con su lumbre
la ilumine a ella
sola – ¡a ella sola! -
en el llano, en
el mar y en la cumbre.
Si deshecha en
menudos pedazos
llega a ser mi
bandera algún día…
¡nuestros muertos
alzando los brazos
la sabrán
defender todavía…
No hay comentarios:
Publicar un comentario