Dejo en claro que esta narración no pretende ser completa ni
indiscutible, solo iré marcando los hechos que mas me impactaron y tratare de
dar un pantallazo general y lo mas acertado posible sobre el tema.
En los albores del siglo XIII en las montañas pirenaicas a 20° bajo
cero en plena época de invierno, vivían una serie de aldeas que escaparon al
dominio Romano por no presentar valor alguno, ya que por su aridez eran
inútiles para el cultivo o la cría de ganado, historiadores musulmanes, que en
la época del dominio fueron recorriendo la zona llevando una cronología de la
misma mencionan a esas tribus sin nombre como el lugar de la guerra, o mejor
dicho, lugar donde vivía gente de guerra, eso nos da una idea del tenor de esta
gente.
El termino Almogávar, al parecer desciende del árabe Al-mugawir que se
traduce como algo así: el que realiza incursiones rápido y violentamente. Hay
otras acepciones pero esta es la que mas me parece que cuadra con la realidad
(como ven todo en los Almogávares es muy incierto y esta escondido en la
oscuridad del pasado, ¡eso es lo interesante¡).
Eran de contextura mas bien grande, resistentes como rocas, con brazos
como troncos de robles, con el pelo y la barba crecida y desprolija, la tez
bronceada y curtida por el clima áspero, se vestían con pieles de animales
salvajes, (lobos, osos, jabalíes, etc.), por supuesto que no por moda ni porque
les quedaba “cool”, sino como algo ritual, algo religioso donde el pasado se
aferraba con uñas y dientes para no abandonar a estos valientes en el presente
católico que los absorbía cada día mas. Vistiendo esas pieles absorbían el
poder de esos animales que le habían donado su fuerza, su agilidad, muchas
culturas del pasado creían eso, de hecho muchas culturas actuales lo siguen
creyendo, en la cabeza, a modo de protección, usaban una red de hierro o cuero,
la única protección que llevaban, debajo de las pieles llevaban una túnica
corta, pantalones de cuero con unas antiparras…si, antiparras pero no piensen
que hablo de esas antiparras que se usan para proteger los ojos, sino una
especie de polainas, y sobre ellas unas abarcas muy común en las zonas
montañosas una especie de protección de cuero para las piernas, una especie de
“antiespinas”. No llevaban coraza, ni lorigas, ni nada parecido, en muy pocas
ocasiones llevaban un escudo pequeño y redondo. Sus armas eran las ideales para
toda fuerza ligera, un par de azconas (lanzas cortas arrojadizas), un par de
dardos y el famoso, temido y bien ponderado “colltel” una especie de
gran cuchillo de carnicero, bien ancho y grueso, con punta agudísima, un filo
capaz de cortar de una rebanada cualquier cabeza descuidada, y el secreto mas
valioso: no era solo un arma, era algo mas, los Almogávares creían que en el
hierro de sus herramientas estaba encerrado el espíritu de la guerra, la
construcción de la misma era todo un ritual, por eso antes de entrar en
batalla, alineados frente al enemigo, en orden de ataque golpeaban sus colltels
contra las piedras hasta arrancarles chispas y arrojando al cielo el
desgarrador grito de “desperta ferro”, mas que un grito,
un llamamiento al espíritu del cuchillo para que los acompañe en la carnicería…
bien por ahora basta de su equipo y comencemos con su maravillosa gesta, ¡ya
estoy ansioso por comenzar!
En los años de la reconquista aragonesa lucharon junto al Rey Jaime I
el conquistador, quien había llegado a un pacto secreto con ellos en sus
rocosas guaridas, durante la toma de Valencia donde ahí ya dan crédito de su
ferocidad y valor.
Luego bajo la corona de Pedro el Grande que llevo la guerra a Sicilia
en lo que se dio en llamar las vísperas sicilianas, su hijo Jaime II nombra
gobernador a su hermano Fadrique II de Sicilia por cuya continuidad lucharían
los Almogávares; cuando el Rey quiso hacer las paces con los francos, que también
estaban por allí viendo que se podían llevarse de Sicilia, los rudos guerreros
vencen en todos los frentes, son imparables, con la victoria se sella la
paz de Caltabellota, dejando a los Almogávares
sin empleo y además enemistados con Jaime II, entonces sin plata Fadrique y sin
poder volver a Aragón, ¿que hacen estos buscadores de fortuna?, por supuesto
que elegir como líder a otro caza fortuna, marino de profesión y aventurero de corazón,
ex templario acusado de algunos chanchullos no probados en la evacuación de
Arce, en donde salvo innumerables vidas católicas, el representante de una
época de oro para los Condottieros, el Capitán Roger de Flor, hijo de un
Halconero Alemán y una Italiana se había puesto de casualidad bajo tutela de
los Templarios quienes le ensañaron el oficio del mar y de la guerra al mejor
estilo Templario.
Juntos parten hacia Constantinopla contratados por el emperador Andronico
para hacer frente a una inminente invasión turca, al llegar son recibidos por
el emperador y su hijo Miguel, después
volveremos a Miguel quien es parte crucial en esta historia. La tropa asciende
a aproximadamente 6000 infantes almogávares, algo de caballería y algunos
ballesteros catalanes, el primer festín se lo dan con otros mercenarios
contratados por el emperador unos genoveses, al parecer todo comenzó con una
burla y termino en una masacre total, mas de 3000 genoveses fueron pasados por
el colltel en un abrir y cerrar de ojos cuando los demás mercenarios allí
asentados, turcos y alanos se dieron cuenta ya era tarde, gracias a la
contención de Roger de Flor, la furia almogávar se detuvo allí y no paso a
mayores.
Luego de eso, es de imaginar que el pobre de Andronico se estaría
preguntando ¿a quien rayos trajo a su bonita fortaleza?, aunque Bizancio estaba
en decadencia era una joya de refinamiento y cultura y ver a estos “salvajes
despiadados” acomodados a las puertas de tu ciudad… bueno no creo que de mucha
gracia. En fin, pensó en sacárselos de encima lo antes posible e insiste a
Roger a que parta lo antes posible a cumplir con la misión; es así como zarpan
hacia Anatolia, cruzando el mar de Marmara desembarcando en el cabo de Artacio
a pocos kilómetros donde se encontraba el campamento Turco.
La batalla no se hizo esperar y tuvo lugar en Aulas, los Almogávares
excomulgaron tranquilamente ante el ejercito turco que los veía sin darles
mucha importancia, infantería ligera, en esa época no era de preocupar. Al
grito de Desperta Ferro se lanzaron al ataque tan rápido como el rayo,
tan duro como el huracán, tan seguros como las olas que azotan el casco
reluciente del navío recién botado con la convicción de saber que lo hundirá…
Caballos y soldados turcos yacían por doquier no sabían que los golpeo, hasta
que una azcona da de lleno en el Emir dejándolo fuera de combate, allí la
desbandada turca se sucede como una estampida de bueyes ante el depredador que
los acecha, así y todo la carnicería no se detuvo se calcula por las crónicas
que mas de 15000 turcos fueron muertos, solo 100 almogávares y 80 jinetes
habían dejado allí sus vidas.
Es claro imaginar lo que este hecho hizo publicitariamente para ellos,
todas las ciudades griegas amenazadas por los turcos querían tener a estos
“superamigos” de su lado. Las victorias se suceden una tras otra, donde la
hueste entra en combate la batalla esta ganada.
Pero no todo era algarabía para nuestros valientes, en la liberación de
Tiria la tropa pierde a un comandante muy querido, Corberan de Alet, pero a
pesar de la dolosa perdida, la balanza vuelva a inclinarse para los Almogavares
con la llegada de Bernat de Rocafort, poderoso almogávar que viene a engrosar
la tropa con 1000 infantes y 200 jinetes, mas tarde en Ania son atacados por
los turcos, por primera vez ellos no tenían la iniciativa en el combate, esto
no los atormento y enseguida revirtieron la batalla poniendo en fuga al
ejercito turco. Pero todas estas batallas relámpago no habían logrado quitar de
en medio a los Turcos que no parecían dispuestos a irse así como así, se
necesitaba una batalla final, una batalla definitiva donde poner fin al poderío
Otomano. Esta se dio al fin el 15 de Agosto de 1304 en Monte Taurino, en un
lugar llamado las Puertas de Hierro, Roger comandaba la caballería y la tropa
Almogávar quedo al mando de Rocafort en total unos 8000 hombres; en frente suyo
40000 turcos dispuesto a todo. Los Almogávares golpearon tan duro que en el
primer golpe de mano 18000 turcos quedaron desechos en el suelo, el resto no
sabia por donde correr para escapar cuanto antes del lugar.
Esto era el apogeo de la buena fortuna, parecía que los éxitos
militares de Roger nunca llegarían a su fin, para colmo de bonanzas pasa a
engrosar nuevamente sus filas con otro capitán que dejara su marca en la
hueste, Berenguer de Entenza a quien acompañaban 1000 almogávares y 300 jinetes
mas.
Roger de Flor hecho ya Megadux del imperio se hace nombrar cesar,
pasando a ser el ultimo en ostentar ese titulo, pero allí empieza a urdirse la traición,
celoso de su poderío el hijo de Andronico, Miguel planea sacarse de encima la
competencia, organiza una banquete invitando a Roger de Flor y a 130 capitanes
de la tropa. Entre brindis y brindis irrumpen en el salón los Alanos, esos
mismos que lucharon junto a los almogávares en tantas batallas, liderados por
Georgios y dan muerte a todos los de Roger, incluyéndolo. Parte de la escolta
de De Flor logra escapar de una emboscada que le tendían simultáneamente tropa
de Bizancio y Alanos, llegando a donde se encontraban sus compañeros poniéndolos
sobre aviso. No solo eso en diferentes guarniciones almogávares estos son
aniquilados debido a la notable diferencia numérica, son descuartizados y sus
cuerpos expuestos en el mercado.
Cualquiera ante esta perspectiva haría prontamente la valija y se iría
lo mas rápido posible de ese lugar donde la bienvenida quedo demasiado lejos y
hace tiempo.
Pero Miguel no tuvo en cuenta una cosa, estos guerreros, no son
cualquier guerrero, ellos son Almogávares, dolidos ahora por la perdida de sus
compañeros, traicionados por su contratista por quien se jugaron el pellejo en
muchas batallas, a quien protegieron de la sombra turca que los cubría.
No, Miguel no solo no logro su cometido, sino que además inicio lo que
serian los hechos mas sangrientos de todo el medioevo, dio inicio a la “venganza
catalana”.
La tropa nombra nuevo caudillo y este liderazgo recae en el segundo de
Roger de Flor, Berenguer de Entenza, que con sus tropas mermadas, 3300
almogavares y 200 caballeros, no aguarda a los Bizantinos y les declara la
guerra, antes de eso les sale al paso a los mercenarios Alanos que se retiraban
con sus bagajes, esposa e hijos aniquilando a 8700 de los 9000 toman para si a
sus mujeres y matan a todo niño de mas de 10 años.
En un magistral movimiento con tan solo 800 de sus mejores hombres toma
por asalto Heraclea y pasa a cuchillo a toda la población.
El rey se da cuenta de lo que esta sucediendo y envía refuerzos a su
hijo, quien es atacado por sorpresa por los almogavares de Entenza y son
puestos en desbandada. En un confuso episodio donde prima la traición cae
prisionero de un grupo de Genoveses Entenza, quien morirá mas tarde en prisión.
Entonces los almogavares eligen un nuevo líder, quien los guiara en el
final de las luchas de venganza, el duro y aguerrido Bernat de Rocafort.
Dos veces la hueste se enfrento al principie Miguel, en desventaja
numérica, las dos veces los almogávares salieron victoriosos cargándose con
miles y miles de victimas, Miguel logra escaparse de milagro de no caer ante la
furia almogávar, después de eso nadie mas se atavió a presentarles batalla,
dejándoles el campo libre para que a gusto y placer asolaran toda Grecia.
Cuando ya no les quedaba nada más por conquistar y no había más botín
que tomar, los almogavares simplemente tomaron posesión de Atenas y Neopatria
para la corona de Aragón y se asentaron allí mezclándose con los nativos.
Las campañas almogavares en la península Griega se llevaron la vida de
31000 turcos, 26000 griegos, 9000 Alanos y 3000 Genoveses, todo esto sin contar
la cantidad de muertes posteriores al combate de los heridos que las
proporciones de la época son de 1 en 10.
Los Almogavares no volvieron a dejarse ver en la historia, permanecen
dormidos, aguardando el momento para volver cara al enemigo y gritar hasta
quedar roncos de placer “DESPERTA FERRO”.
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