miércoles, 15 de febrero de 2012

La caza furtiva de ballenas, una historia desigual.


Los Inuit de Groenlandia han subsistido siempre mediante la caza de grandes mamíferos acuáticos. Por tradición han sido una raza de cazadores semi-nómades que usualmente siguen a los mamíferos marinos en sus migraciones a lo largo de las costas, aunque hoy están casi estacionarios. Utilizaban como bote el kayak, y un arpón con una cuerda atada a un elemento flotante para que el animal no pudiera sumergirse; cuando se cansaba, el cazador se acercaba y lo remataba.


La caza de las grandes especies requería de varios cazadores y de un bote abierto más grande llamado Umiak. Hoy en día se les permite cazar un muy reducido número de ballenas, como para no perder las tradiciones

En el Siglo XVI, los vascos eran los mejores navegantes y constructores de buques del mundo. Desde 1517 hacia adelante atravesaron el Atlántico para cazar las ballenas de América del Norte.
Los textos de la época nos informan que los vascos llegaron a América del Norte en 1517, sólo 17 años antes que Jacques Cartier, pero algunos piensan que hicieron la travesía antes que Cristóbal Colón (1492) Los balleneros salían generalmente del País Vasco en la segunda semana de Junio. La travesía del Atlántico duraba más de 60 días, dependiendo de las difíciles condiciones. 
Los Vascos que salían en Junio llegaban a Terranova (la tierra nueva, así llamaban a América) en la segunda mitad del mes de Agosto, a tiempo para interceptar las ballenas en su migración otoñal del Océano Ártico hacia los mares del Sur. Una vez arribados, preparaban las instalaciones cerradas durante el curso del invierno: el muelle, las cocinas de reducción, las cabañas donde guardaban los toneles, las cabañas para vivir en tierra. La caza entonces comenzaba y se extendía hasta el fin del año. El viaje de retorno era habitualmente muy corto, entre 30 y 40 días, gracias a las corrientes y los vientos favorables. Esto si todo iba bien, ya que las travesías eran muy peligrosas: además de los riesgos de naufragio por las tempestades, debían enfrentar a los piratas europeos que cruzaban a lo largo de Terranova.

Más tarde, el invierno recubriría de hielo las aguas de la bahía, pudiendo aprisionar a un barco. Excepcionalmente elegían quedarse en América del Norte durante la temporada invernal, si una pesca infructuosa no permitía llenar el barco. Completaban la carga en la primavera, en la migración de las ballenas hacia el Norte.

Otros europeos en el Ártico


Durante los intentos británicos y holandeses en descubrir el pasaje Noroeste a la India a fines del siglo XVI, grandes cantidades de ballenas fueron avistadas cerca de la costa de Spitzbergen y Jan Mayen, en el Ártico. Para 1610 los británicos ya habían comenzado la caza en Spìtzbergen y los holandeses lo hicieron en 1612. Más tarde se introdujeron Alemania, Dinamarca y Noruega. La mayoría de los buques tenían tripulaciones vascas. A mediados del siglo XVII ya había una enorme flota de varios cientos de buques operando en estas aguas. Los holandeses eran los líderes con Inglaterra como el principal competidor, pero juntos consiguieron alejar a otros países de Spitzbergen con la excepción de Dinamarca/Noruega, que invocaron los antiguos derechos a Spitzbergen/ Svalbard. Sólo en 1750 Inglaterra se convirtió en el principal país cazador de ballenas.

Debido a la casi desaparición de ballenas en esta área los campos de caza alternativos se extendieron hacia el Este, hacia Novaya Semlia, a la costa Oeste de Groenlandia y los estrechos de Davis. Durante estos principios de industrialización, la grasa de ballena era hervida en calderas construidas especialmente, en las estaciones de tierra de Spitzbergen.

Alrededor de 1650 y debido a que los stocks de ballenas ya no estaban al alcance de la costa, se debieron utilizar otros métodos de caza y procesado, por el cual la ballena era cazada por un bote a remos con un arpón manual y llevada al costado del buque, donde se cortaba en el agua y su grasa era hervida en grandes calderas en el buque, pero por temor a incendios varias compañías elegían llevar la grasa a tierra, pero el aceite obtenido era de mucho menor calidad.

Se debe tomar en cuenta que el aceite de ballena era en esa época como el petróleo hoy en día. Era indispensable para la subsistencia, ya que se utilizaba en las lámparas de iluminación, como comida, lubricante, etc. etc. Su precio era muy alto y las ganancias obtenidas con su caza eran enormes, llevando a la riqueza a sus armadores, capitanes y tripulantes.

Balleneros Norteamericanos


Al principio la caza de ballenas se restringió a la costa Este de Norte America, en la zona costera. Una declinación en el número de ballenas llevó a los balleneros a ir en su búsqueda hacia el Atlántico Norte y Sur. Para el 1800, la caza de ballenas se había extendido a casi todos los grandes mares y océanos del mundo. Los grandes centros balleneros eran Nantucket y New Bedford. El pico de los balleneros americanos fue en las décadas de 1820 a 1850, con unas 10.000 ballenas cazadas por año, más de 700 buques operativos y unas 70.000 personas empleadas. Los mecanismos originales de los vascos, o sea el bote ballenero y el arpón eran los principales usados. El largo trecho que hacían estos botes una vez que arponeaban a la ballena se conocía como "el paseo de trineo de Nantucket".

Durante los largos viajes - hasta cinco años - que hacían estos buques, los tripulantes pasaban su tiempo libre haciendo objetos para sus familias, con los dientes de las ballenas, desde agujas de tejer a peines, mientras que otros tallaban artísticos dibujos en los dientes, esto se conoció como "scrimshaw" y fueron los balleneros americanos que produjeron los mejores ejemplares.
La declinación del negocio ballenero comenzó con la Fiebre del Oro en California en 1849 y la Guerra Civil entre 1861-1865. Las tripulaciones desertaban de los buques para ir a California y la guerra civil causo el hundimiento de los buques balleneros (cuyos propietarios eran generalmente norteños, por lo que los sureños atacaban todos los barcos balleneros). Luego de la guerra civil, productos derivados del petróleo comenzaron a reemplazar al aceite de ballena y la espermaceti en velas y lámparas. No quedo mucho más de la industria luego de 1925.

El Charles Morgan es el único buque ballenero norteamericano sobreviviente. Se lo mantiene como Buque Museo en Mystic Seaport, Connecticut.
Estos buques eran altamente especializados, con una tripulación de hasta 35 hombres. Tenían entre 3 y 5 balleneras colgando de pescantes y se los distinguía de lejos por su lentitud, generalmente con una columna de humo saliendo de sus calderas y los hombres estacionados en los palos, buscando señales de ballenas. El más común tenía unos 30 metros de eslora y una capacidad de 300 tons.
La caza de la ballena en el siglo XIX estaba basada en la ballena franca usando un arpón desde un bote abierto. Se cortaba al costado del buque y su grasa era hervida en grandes calderos en la cubierta del mismo. Este tipo de trabajo era peligroso y sin una seguridad de su terminación; esto en realidad caracterizó el fin de este tipo de métodos, donde en contraste con los métodos modernos, la suerte de la ballena estaba más o menos decidida.

El Bote Ballenero - un diseño clásico


Es muy común oír hasta hoy en día llamar a algunos botes la "ballenera". Esto es debido a que el diseño del bote ballenero sigue hasta nuestros días por su excelencia. Pueden verse ejemplos en el buque museo Fragata Sarmiento de balleneras. Cada buque ballenero llevaba entre 3 y 5, más un par de repuesto sobre las cabinas en cubierta.
Sus características generales eran livianos, muy fuertes, de unos 30 pies de largo y seis de ancho, con proa y popa aguzadas, equipados con mástil, timón, vela y remos, los que eran usualmente muy largos, de unos 16 a 22 pies. Debían ser muy maniobrables y veloces. Su diseño los hacia muy fácil de reparar. Su tripulación era de seis hombres y cada bote llevaba dos cascos de soga de unos 900 pies cada uno, dos arpones listos para usar más dos o tres mas de repuesto, hachas y cuchillos para cortar la línea si era necesario, un casco con agua para tomar, dos o tres lanzas para matar a la ballena, compás, un flotador tipo ancla para cansar a la ballena una vez arponeada, linternas, pan, tabaco, pipas y todo lo necesario para estar en el mar.

Productos de la industrialización
La ballena esperma son las ballenas dentadas de mayor tamaño, el macho adulto puede llegar a medir hasta 20 metros de largo con un peso aproximado de  45 toneladas. Los productos primarios eran aceite de ballena (sperm oil), espermaceti y ámbar gris. El aceite se extraía de un proceso que consistía en cocinar la grasa en calderos, dicho producto derivado se utilizaba en lámparas y también como lubricante.
El espermaceti salía directamente de la cabeza de la ballena Esperma (las otras especies no lo tenían) y su uso principal era hacer velas. Estas velas ardían con más fuerza que una lámpara de aceite de esa época (y que nuestras velas actuales) y no producían humo. El Ámbar gris era el producto mas valioso, literalmente valía su peso en oro. Se encontraba en los intestinos y solo pocas ballenas lo tenían. Se utilizaba en perfumes muy caros.

Balleneros de Escandinavia


La caza moderna de ballenas en Escandinavia durante la década de 1860 fue posible por la introducción práctica de los diseños de Svend Foyn del cañón y el arpón con granada, colocados en barcos a vapor especialmente construidos al efecto. Los antiguos métodos ya no eran válidos cuando se cazaban las ballenas más rápidas, por lo que Svend Foyn obtuvo un monopolio con sus métodos, terminando así con la competencia.

Fue a partir de principios de 1880 que la caza de ballenas llego a ser una importante industria en las costas Escandinavas. En 1886 ya había unas 20 compañías y 35 botes balleneros operando en esta área. Hacia el fin de siglo debido a la cacería indiscriminada y masiva de animales la industria declinó y ya no daba ganancias. Muchas compañías se mudaron hacia nuevos campos de caza, como Islandia.
En 1904, se introducen leyes de protección contra la caza de la ballena que no pudo ser detenida por la violenta oposición de los balleneros que protestaron acaloradamente; gracias a esto todas las especies de ballenas en las costas de Finnmark, Troms y Nordland, la región norte de Noruega,  quedaron protegidas

Los marinos balleneros

¿Quienes cazaban las ballenas? Buques de todo tipo, grandes y chicos, desde Nantes, St. Malo, Bordeaux, Le Havre, Hull, Bremen, Hamburgo, Amsterdam, New Bedford, Salem, Boston y Nantucket, cruzaron medio mundo en busca de la ballena.
En la Edad Media se encontraban en el Golfo de Vizcaya, pero luego se dispersaron al Ártico y Groenlandia. Nadie sabía mejor los secretos de pasar icebergs o los canales secretos que los capitanes balleneros.; ellos fueron los que en 1903 ayudaron a Amundsen a encontrar su famoso Pasaje del Noroeste. Cook avistó ballenas en el Pacífico en 1773, tres años más tarde ya había balleneros que salían de Londres para cazar en las costas de Chile, Perú y Galápagos y luego California, Japón y Australia.

Todos cruzaban el Cabo de Hornos con gran destreza. Muchos paraban en el Estrecho de Magalllanes para cazar Walrus, cuya grasa era tan valiosa como la de la ballena para hacer velas. Los capitanes balleneros eran magníficos marinos, con sus barcos casi siempre en la mar. Para evitar deserciones de la tripulación raramente hacían puerto, anclando solamente en algún remoto lugar para buscar agua y madera.

Estos hombres jugaban con el mar. Cuando estaba en su peor momento, nunca perdían de vista su objetivo y cuando estaba bien estaban siempre listos a largar sus botes. Maestros del remo, luchaban contra el mar para llegar a su víctima. Los balleneros mismos se interesaban en todo, volviendo a puerto con información, libros sobre sus viajes, souvenirs, curiosidades.
Si no eran grandes dibujantes y cartógrafos, su memoria y experiencia eran muy precisa y los hidrógrafos podía confiar en ellos y seguir sus indicaciones. Por lo que las rutas de los balleneros asumieron una gran importancia geográfica.

Caza de ballenas global 1900-1925


La caza de ballenas por los noruegos se extendió a todos los continentes y océanos desde 1880 hasta la 1º Guerra Mundial. Los noruegos cazaron ballenas con los métodos de Svend Foyn en Europa, America Norte y Sur, África, Asia y Australia. En 1904 los mares Antárticos se convirtieron en campos de caza cuando se estableció en las Georgias la Cia. Argentina de Pesca. Los equipos eran noruegos, el gerente era un noruego, C.A. Larsen de Tjolling, Vestfold,  y la mayoría de los obreros también lo eran. (Sus buques tuvieron tripulación argentina sólo cuando la ley lo obligó). Las estaciones allí tuvieron sus mayores ganancias en el período 1912 - 1927, pero continuaron en uso hasta 1965.

En 1905 la primera compañía Noruega comenzó a operar en la Antártida. Christen Christensen, de Sandefjord comenzó a cazar usando un buque factoría, el "Admiralen" y dos balleneros. El cortado se hacia al costado del buque factoría mientras estaba anclado en aguas tranquilas. Esto marco el comienzo de la caza de ballenas moderna en la Antártida que tuvo su pico  20 años más tarde. Hubo una avalancha para instalar compañías balleneras allí por los ricos campos de caza y ya en 1911 había 15 firmas involucradas en la caza de ballenas alrededor de Georgia y las Shetland.
   
La caza de ballenas de 1925 a 1968.


Gran Bretaña reclamó soberanía sobre todas las islas Antárticas y por ende la industria ballenera debió quedar dependiente de las concesiones y contratos con la Corona Británica. Esto llevo a largas disputas entre Gran Bretaña y Noruega, Argentina y Chile. Cuando GB elevo los impuestos de exportación de aceite de ballena y amenazó en retirar las concesiones noruegas, debieron buscar otras alternativas. 

Esta amenaza fue justamente una de las varias razones que llevaron a crear la caza "Pelágica" (pelagic whaling), que permitió que la caza se llevara a cabo fuera de los límites o aguas territoriales. Una importante invención en los buques factoría fue una rampa a popa para que los animales fueran llevados a bordo para su procesamiento. El primero fue instalado en el buque factoría de Larvik  "Lancing" en 1925. Esto gradualmente transformo a los buques factoría en plantas de procesamiento de ballenas y llevo a una expansión no solo de Noruega, sino también de Gran Bretaña, Alemania, Japón y la Unión Soviética. Durante la temporada de caza de 1930- 1931 hubo 41 expediciones y 6 estaciones terrestres con un total de 232 balleneros operando en la Antártida. Ese año se cazaron mas de 40.000 ballenas y se produjeron unos 3.6 millones de barriles de aceite de ballena. 

Aunque 1930-31 fue el año tope de producción de la industria, fue seriamente afectada por la crisis económica mundial en la temporada siguiente (por la caída de 1929) y casi toda la flota mundial se paró, lo que llevo a varios acuerdos internacionales limitando las capturas. En realidad no eran para salvar a las ballenas, sino para mantener altos los precios (como el petróleo hoy en día).

Luego en 1946 se hicieron restricciones en las cuotas de caza para conservar los stocks y se estableció la Comisión Internacional de Balleneros.(IWC). Para el tiempo en que Noruega dejo de cazar, en 1967/68, la cuota era de 3.200 ballenas azules.
Hoy en día las especies están protegidas, a excepción de la caza hecha por los japoneses y algunos otros bajo el paraguas de estudios científicos - pero todo el mundo sabe de esta hipocresía. Muchos países prohíben directamente su caza creando zonas libres para las ballenas, pero siempre está el problema de que migran y las pueden cazar en otros sitios.

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