De origen judío, Lev Davidovich Bronstein, quien
más tarde tomaría el nombre harto conocido y grato a lo revolución, de León
Trotsky, Participo activamente desde su temprana juventud en grupos y
movimientos revolucionarios. Siendo detenido por primera vez a la edad de 18
años, condenado a dos años de prisión en diferentes cárceles del antiguo régimen
zarista.
Contrae matrimonio, allá por los lejanos 1900
con una amiga y compañera, Alexandra Lvovna Sokolovska; apresado nuevamente por
su espíritu revolucionario, es deportado a Siberia. Unos años más tarde logra
escapar de ese tormento y viaja a Londres en calidad de exiliado. Una vez allí,
retoma su vida revolucionaria entrando en contacto con quien más tarde sería el
líder de la revolución rusa, el gran Lenin y varios exiliados más.
Enterados de la rebelión proletaria de San
Petersburgo, Trotsky regresa a Rusia en el año 1905. Nuevamente detenido al año
siguiente, es deportado iniciando un raid por diferentes países de Europa,
hasta llegar finalmente a su destino final en EEUU. Al enterarse del éxito de
la revolución de febrero que derroco finalmente al régimen de opresión del Zar,
Trotsky, tras largo padecimiento, y no sin serias dificultades, vuelve a Rusia
con la esperanza de participar de la revolución que se estaba gestando.
Una vez en la madre Rusia, se aboco
activamente en la formación y organización de obreros y soldados
revolucionarios. Llegado el final del año ’17, los bolcheviques, dirigidos por
Lenin y Trotsky, dan el glorioso golpe de estado al gobierno provisional, dando
el comienzo de lo que se dio en llamar “la dictadura proletaria” y dando origen
a la Republica Soviética de Rusia.
Pasados los primeros días de la revolución,
Trotsky se convierte en comisario del partido comunista, imponiendo el orden y
la equidad que en tiempos no muy pasados quedaban librados al arbitrio de los
malditos burgueses que teniendo en sus manos el poder, abusaban desmedidamente
de los indefensos proletarios.
Más y más se iban distanciando los seguidores
de Trotsky con los de Stalin, ya para el ’23, las diferencias entre ambos eran
demasiado notorias, cada uno veía formas diferentes de llevar adelante la revolución;
mientras Trotsky quería ampliar la revolución a escala global, Stalin prefería
mantenerla y desarrollarla solo dentro de la esfera Soviética.
Con la desgraciada muerte del camarada Lenin,
el 21 de enero de 1924, las venas abiertas del partido comunista quedaron abiertas,
y una desenfrenada carrera por la asunción se llevó a cabo entre los dos
hombres más fuertes del partido, Stalin y Trotsky.
Gracias a poderosas influencias las filas Estalinistas
fueron ganando terreno y ya para 1925 el nombre de Trotsky fue prohibido, más
adelante, en 1929, Trotsky es expulsado de la Unión Soviética.
Exiliado nuevamente, vive desolado en Turquía
en 1933; Francia 1935; Noruega 1937. Hasta que finalmente se establece en México
ese mismo año de 1937, lugar ideal para su creciente ideología popular y
comunista, Trotsky nunca deja de lado su fervoroso activismo político, y de ser
siempre el primero en desarrollar propuestas revolucionarias a nivel mundial,
siempre en contraposición con las medidas tomadas por los comunistas de la Unión
Soviética. En 1938, escribe un folleto de relevancia mundial, “Programa de transición”
siendo el programa de la creación de la 4ta Internacional Comunista.
En la cumbre de la Unión Soviética, Stalin, ve
como se cierne sobre su cabeza la amenazadora figura de Lev Trotsky, viéndolo como
una piedra en el camino de la hegemonía del Movimiento Comunista Internacional.
La
historia que sigue es dudosa y nunca fue comprobada, se dice que a instancias
del propio Stalin, un agente infiltrado (Ramón Mercader) pone fin a la vida de
Trotsky en 1940. La verdad nunca se supo, aunque el manto de duda perdura.
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