Los amigos de Caravaggio, su actividad diaria y sus
peleas frecuentes -incluyendo una que le supuso una sentencia de muerte del
papa Pablo V- aparecen descritos en registros policiales, pergaminos legales y
judiciales encuadernados en pesados tomos y preservados cuidadosamente en este
repertorio único de la historia romana durante el Renacimiento y los años
posteriores.
La imagen que estos documentos dibujan de él es la de un
hombre irascible, que se paseaba por la ciudad llevando armas personales -una
espada, un puñal o una daga- sin autorización escrita y presumiendo que
disfrutaba de la protección de las autoridades eclesiásticas, que le encargaron
alguna de sus obras más famosas.
Tuvo frecuentes enfrentamientos con la policía, se metió
en problemas por lanzar un plato de alcachofas cocinadas a la cara de un
camarero de una taberna y por hacer un agujero en el techo de su estudio
alquilado de forma que sus gigantescas pinturas pudieran caber dentro. Su
casera lo denunció, así que él y un amigo se vengaron arrojando piedras contra
su ventana.
Todos estos hechos están documentados con testimonios de
testigos en esta colección de pergaminos amarillentos, difíciles de descifrar
para los que no son especialistas, pero ricos en detalles para un bibliotecario
experimentado.
Los documentos proporcionan un nuevo testimonio también
de su pelea más seria, en mayo de 1606, en la que mató a alguien llamado
Ranuccio Tommassoni.
Esta reyerta, similar a un enfrentamiento entre pandillas
modernas rivales, fue planeada por ocho individuos que ahora han sido
identificados.
Caravaggio y sus tres compañeros, uno un capitán en un
ejército del Papa, encontraron a sus rivales en la pista de juego de palma del
Campo de Marzio, donde vivía el artista.
(El juego de palma consistía en una pelota con una cuerda
adjunta, una especie de tenis primitivo, que algunos romanos ancianos todavía
recuerdan porque se jugaba en las calles de la capital italiana a mediados del
siglo XX).
Biógrafos sugirieron la idea de que era en realidad una
pelea motivada por una mujer, pero el texto del juzgado indica que la reyerta
se produjo por una deuda derivada de una apuesta. Caravaggio mató a Ranuccio y
huyó de la ciudad.
4 mayo 1598: fue arrestado a las 2:00-3:00 AM cerca de la
Piazza Navona por llevar una espada sin permiso.
19 noviembre 1600: fue demandado por golpear a un hombre
con un bastón y romper su capa con una espada a las 3:00 AM en la Via de la
Scrofa.
2 octubre 1601: un hombre acusa a Caravaggio y a sus
amigos de insultarlo y atacarlo con una espada cerca de la Piazza Campo Marzio.
24 abril 1604: un camarero se queja de un asalto luego de
servirle alcachofas en una taverna en la Via Maddalena.
19 octubre 1604: lo arrestan por arrojar piedras a un
policía cerca de la Via dei Greci y la Via del Babuino.
28 mayo 1605: es detenido por llevar una espada y una
daga sin permiso en la Via del Corso.
29 julio 1605: el notario del Vaticano lo acusa de
atacarlo por la espalda con una arma.
28 mayo 1606: Caravaggio mata a un hombre durante una
pelea en la zona del Campo Marzio.
Uno de los amigos del pintor resultó gravemente herido y
fue llevado a prisión y posteriormente a juicio. La nueva evidencia surge
precisamente de los informes del sumario de este proceso.
Caravaggio, por su parte, se refugió en Malta y Sicilia,
donde recibió nuevos e importantes encargos artísticos. La sentencia de muerte
dictaminada por el papa Pablo V, cuyo retrato acababa de pintar, le fue
impuesta en su ausencia.
Los documentos también arrojan luz sobre la muerte del
artista en Porto Ercole al norte de Roma en julio de 1610. No falleció sólo en
una playa cuando escapaba de sus acreedores y la policía, como afirman sus
biógrafos, sino en una cama de hospital.
A los 38 años se encontraba regresando a Roma desde el
sur, convencido de que sus poderosos amigos habían logrado el perdón por sus
delitos.
Los documentos que registran la vida de Caravaggio en
Roma están escritos en una mezcla de latín, jerga legal y un italiano vernáculo
subido de tono que cualquier romano moderno podría entender fácilmente.
Necesitaban una cuidadosa restauración, ya que parte de
los pergaminos se están deteriorando debido a que el ácido de la tinta devora
literalmente las páginas.
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