Corriendo lujurioso y desnudo por la cubierta
de mi embarcación, chapoteo en los charcos templados de la vida. De pronto una
gaviota adormecida me sale al paso, ¿tal vez se pregunte del origen de mi buena
fortuna?, no me hago demasiado problema, ser senador del partido republicano me
ha dado ciertos beneficios que no poseía en el pasado, cuando era mercader en
las laderas de Tolosa. En vano tratan de hacerme juicios políticos, no se dan
cuenta que mi principal interés por la libertad, es la negación a la simplicidad
del humilde pasar de los que solo se conforman con unas cuantas chucherias… el
amor, los hijos, las bagatelas que les da la vida para burlarse en la cara de
la mediocridad del montón. Sueño con una gran nación, les dije en mi
inescrupuloso discurso, y ellos, ellos me creyeron; ahora voy por la
presidencia, y lo voy a conseguir, mientras me sigan financiando los
traficantes ilegales de insecticida, lo voy a conseguir.
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