viernes, 3 de febrero de 2012

Hanuman, el Rey de los monos


Hanuman, el mas capaz de todos los jefes de los monos de la expedición a Ceilán, era hijo de Vayu y una vanar o madre mona. Su nacimiento se describe así:


“Una Apsaras la mas bella de las ninfas,
Por sus encantos celestiales renombrada,
En la dulce Punjikasthala se convirtió,
Una noble dama vanar
Su nombre celestial ya no escucho más
Anjana era el nombre que tomo,
Cuando maldecida por los dioses, cayó del cielo
Para habitar en la tierra en forma de una vanar.
.           .           .           .           .
Su juvenil belleza, dulcemente hermosa, se veía realzada,
Por una diadema de flores alrededor de su cabello.
Llevando vestidos de seda del más precioso tinte
Ella vagaba por las colinas que besan el cielo.
Una vez, vestida con sus sedas graciosamente coloreadas,
Se paro en la cuesta de la montaña.
El dios del viento vino a su lado
Y soplo acariciando a la hermosa dama;
Y al ondear sus vestidos mecidos por el aire,
La maravillosa belleza que contemplo,
Los redondos contornos de su pecho y miembros,
De su cuello y hombros, le cautivaron.
Capturado por sus incomparables encantos
La tomo en sus amorosos brazos.
Entonces ella grito al ávido dios,
Con voz temblorosa y asustada:
¿Qué impío amor ha ofendido a una esposa
Tan constante en sus votos nupciales?
El la escucho y respondió de este modo:
Confía, muy pronto sabrás
Que mi amor te ha hecho algo muy dulce, y no daño alguno.
Muy fuerte, bravo y sabio será
El glorioso hijo que yo te daré.
Tendrá tal poder que nada le cansara,
Y miembros para elevarse en el cielo como se eleva su padre.
Así hablo el dios; la conquistada dama,
Alegrándose en su corazón, no sintió ya temor de la vergüenza.

Por fin el niño nació. En su niñez, viendo salir el sol y creyendo que era la fruta de un árbol, se elevo 300 leguas para poder tomarlo. En otra ocasión, Indra le lanzo una flecha que le hizo caer violentamente sobre una roca. La caída le rompió la mejilla y de ahí el nombre de Hanuman “el de la mandíbula ancha”. Al enterarse de ello su padre se puso furioso y las brisas dejaron de soplar, hasta que los dioses, atemorizados, fueron a apaciguar a Vayu; Brama le prometió que este muchacho no moriría en la guerra e Indra declaro que en el futuro sus rayos nunca volverían a dañarle.

El jefe mono presto un valiosísimo servicio a Rama. El fue quien descubrió la morada de Sita y le llevo el mensaje de Rama. Fue el quien incendio Lanka e hizo que el miedo entrara en los corazones de las Rakshasas que vivían allí.
Fue el quien llevo a Rama en sus hombros mientras cruzaban de India a Lanka.
Hanuman habla así de su maravilloso poder:

“Nacido de tan glorioso padre
puedo competir con el en esplendor y velocidad
Con un pequeño salto puedo rodear
mil veces el mas profundo precipicio de Maru.
Con mis feroces brazos puedo agitar el mar
hasta que las aguas huyan de sus cauces
y se lancen a una voz mía a ahogar
esta tierra con sus arboledas torres y ciudades
Puedo volar por los campos del aire
mas rápido que el mas veloz de los reyes
y correr delante de el mientras vuela
sobre ensordecedoras alas a través de los cielos
Puedo perseguir al señor de la luz
mientras sale por el este
y alcanzarle antes de que su carrera comience
engalanada con abrasadores destellos”

Todos estos poderes los puso al servicio de Rama, pues cuando aquel héroe y su hermano fueron heridos en la lucha y nada les podía reanimar, Hanuman voló a los Himalayas desde Ceilán y volvió casi inmediatamente con las hiervas medicinales que allí crecian, aunque al llegar a las montañas tuvo alguna dificultad en encontrarlas, (buscando estas hierbas Hanuman estuvo expuesto a un considerable peligro. A Kalanemi, un tio de Ravana, se le había prometido la mitad del reino si mataba a Hanuman. Con esta intención se encamino hacia los Himalayas y, disfrazado de devoto, invito a Hanuman a comer con el, Hanuman se negó, pero entrando en un estanque cercano un cocodrilo le agarro del pie. Hanuman arrastro al reptil fuera del estanque y lo mato. De su cuerpo surgió una hermosa Apsaras a quien Daksha había maldecido a vivir en esa forma hasta que su libertad fuera consumada por Hanuman. Esta ninfa, en gratitud a su amabilidad, advirtió a Hanuman del peligro. El dios mono se encontró con Kalanemi y diciéndole que el veía a través de su disfraz le agarro por los pies y le lanzo por los aires hasta Lanka, donde cayo justo delante del trono en el palacio de Ravana),

“pero cuando el quiso recoger las hierbas
estas se ocultaron de su ávida mirada
entonces, iracundo, en la montaña así hablo:
mi brazo tomara venganza en este día
si tu no sientes piedad alguna
en esta gran necesidad que tiene el hijo de Raghu
concluida su alocución, con sus poderosos brazos
desgarro de la temblorosa montaña
su gran cabeza con la vida que en ella había
serpientes, elefantes y mineral de oro
recorrió de nuevo veloz su camino
cruzando colinas, llanos y mares
y en medio de los atónitos Vanars deposito
su carga, traída a través del aire
las maravillosas hierbas del delicioso aroma
a todos los soldados infirieron nuevo vigor
libres de dardos, heridas y dolor
los hijos de Raghu vivieron de nuevo
los Vanars muertos y moribundos se curaron
y se levantaron vigorosos del campo de batalla.

Hanuman es descrito en el Uttara Kanda del Ramayana como un ser que poseía un gran saber, “el jefe de los monos, insaciable, queriendo aprender astronomía, recorrió mirando al sol y resuelto a indagar, desde la montaña por donde sale el sol, hasta aquella por donde se pone, comprendiendo el maravilloso conjunto. El jefe de los monos es perfecto, nadie le iguala en conocimiento de los Sastras, en saber y en descifrar el sentido de las escrituras. En todas las reglas de austeridades compite con el preceptor de los dioses”. El mismo Rama habla asi del conocimiento que Hanuman tiene de las escrituras cuando vino a verle al exilio como enviado de Sugriva:
“Aquel cuyas palabras tan dulcemente fluyen,
todas las obligaciones del Rig-Veda debe conocer,
y en su bien entrenada memoria se almacenan
los conocimientos del Yajush y del Saman.
Debe haber dirigido su fiel oído
A escuchar todas las reglas de la amena gramática
En su larga alocución ¡que bien hablo!
En toda su extensión ni una sola regla rompió”.

Hoy e día se considera a Hanuman un ser divino, y en algunos lugares de la India es fervientemente adorado.

A los monos se les considera sus representantes, de allí que muchos templos estén llenos de ellos y esté visto como un acto meritorio el alimentarlos y como un acto sacrílego el molestarlos.

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