viernes, 7 de diciembre de 2012
domingo, 25 de noviembre de 2012
sábado, 24 de noviembre de 2012
miércoles, 17 de octubre de 2012
domingo, 14 de octubre de 2012
lunes, 8 de octubre de 2012
sábado, 6 de octubre de 2012
La inimaginable y arrolladora amistad con el señor del caos. Richard Zaratustra (1969)
Las escaleras son
interminables, los laberintos son tan intrincados que sin un guía de confianza
que conozca sus secretos uno estaría irremediablemente perdido, ni siquiera con
artilugios como los de Dedalo e Icaro se podría salir de los confines remotos
de esos abismos en los cuales a cada paso nos adentrábamos mas y mas, tan
profundo que nuestras sombras parecían tomar vida y divagar con sus formas como
el viento del este cuando nos trae su calor. Vapores sulfurosos cortan el
espeso aire con explosiones descontroladas de rojo fuego, infinitas columnas de
humo negro como nubes portadoras de granizo, ascendían ondulantes por todos
lados, el aire era tan impuro, tan toxico que me era casi imposible respirar,
debía realizar un esfuerzo muy grande para poder inhalar el poco aire
respirable que flotaba desganado en el opresivo ambiente. El cuerpo me pesaba,
me oprimía contra el suelo haciendo cada paso que daba una lucha contra la
gravedad, se sentía como estar llegando a las alturas mas extremas pero con la
diferencia que en vez de subir, estábamos bajando, bajando tan profundo que ya
habían pasado varias horas desde que habíamos comenzado con el descenso. Para
colmo de males, mi guía en esta travesía era un endemoniado ser, sombrío y
caviloso, con la serenidad del psicópata, con la parsimonia del asesino que
sabe lo que hace, su mirada torva y esquiva rehusaba la mía con la rapidez del
suspiro, la fetidez de su cuerpo embriagaba el entorno, su hedor era pestilente
como el de mil cuerpos sin vida amontonados en un rincón húmedo de la morgue y
además de todo eso, no emitió sonido alguno desde que ingresamos en las
cavernas. La escasa luz del lugar dificultaba el camino, la vista nunca se
llegaba a acostumbrar a ese rojo intenso que abovedaba la circunvalación de la
fosa en la cual nos encontrábamos. El calor era insoportable, estoy seguro que
ningún ser vivo hubiera resistido tanto calor, se cocerían en su tinta, como quien
dice, lo único que dijo mi guía cuando nos encontramos fue: usted no se
preocupe por lo que se encuentre ahí abajo, nada le pasara, su aura esta
protegida por el gran maestro. Es lo único que dijo, ahora lo recuerdo por este
calor que derrite las piedras, de no ser por la protección de la criatura a la
cual me dirijo a entrevistar mi cuerpo ya se hubiera asado hace rato.Sin
indicio previo la escasa luz roja desaparece dejándonos sumergidos en una
completa oscuridad, tan abrasadora como la ceguera, tan negra como el principio
sin principio, tan aterradora como la conjunción alfanumérica del infinito. Un
helado viento recorrió mi espalda, el miedo se apodero de mi, critique mil
veces mi estupidez por haberme dejado tentar para hacer esta entrevista, me culpe
por haberme dejado tentar… ¿pero acaso a esta criatura que he venido a conocer,
no se la conoce como el mayor tentador de la tierra, el seductor de las
vírgenes, déspota inigualable de las pasiones, pionero de la mentira, audaz
conductor del caos? Un fuerte golpe me regresa a la realidad quitándome de mis
cavilaciones. Me aferro al suelo con la convicción del que sabe que en
cualquier momento va a morir, estoy seguro que voy a morir, cierro los ojos
instintivamente y hundo mi cabeza muy profundo entre mis hombros, como aquel
niño que espera el golpe aleccionador del padre después de cometer una
fechoría; sin embargo y en contra de mis predicciones una poderosa voz, oscura
como el abismo, potente como el trueno, sublime como la eternidad, maldita como
la rabia, decrepita como la lepra, angustiante como el asecho, hábil como la
trampa, me saluda cálidamente:
_ Hola señor Zaratustra, ¿Cómo se encuentra
usted? ¿estuvo bien el viaje?
Abro los ojos lentamente sin comprender
si todo eso era un mal sueño, o si efectivamente ya me encontraba del otro lado
de la realidad tangible de los vivos.
Seguí así, sin comprender, por
un lapso que me pareció infinito.
Perdido, confundido,
desorientado, aterrorizado.
Una brillante luz entre
amarilla y plateada me hizo fruncir el ceño.
La vista me dolía ante tan
fulgurante resplandor incandescente, era como estar ante la presencia de apolo
matutino.
De a poco, la intensidad del
reflejo fue haciéndose cada vez más tenue, más seco, hasta que de pronto, en
medio de luz pude adivinar una oscura
silueta de dimensiones perfectas.
El alma se me fue del cuerpo
cuando me di cuenta que la brillante luz no era luz, sino oscuridad. Oscuridad tan
fuerte y poderosa como imagino seria la luz de mil soles encendidos al unísono.
S- Su Santidad, g-gracias por
darme esta oportunidad... Fueron las primeras palabras que le dirigí al señor
del inframundo.
Gracias a usted por aceptar,
mi hogar no goza de muy buena reputación entre los monos parlantes JAJAJA.
Trate de dibujar una sonrisa
en los labios, pero no pude, solo, le dedique una tímida mirada de soslayo y
aguarde.
Con un inocultable dejo de
fastidio en su tono me increpo.
Vamos hombre, no sea cobarde,
si lo mande llamar no fue para lastimarlo, no me hace falta hacerlo. Además debo
confesar que usted es uno de mis juegos preferidos cuando estoy aburrido de
tanta ociosidad.
Se acuerda que buenos momentos
pasamos juntos, ¡verdad? No se pueden olvidar fácilmente esas cosas, ¿o no?
Sus palabras me hirieron
profundo.
Me asalto de pronto notablemente ofuscado, no
se da cuenta en las condiciones en las cuales estoy condenado a vivir, siempre
en las sombras, siempre oculto, siempre condenado de antemano por delitos que
nunca cometí.
Hace una pausa reflexiva;
claro que no, porque no esté en condiciones de realizarlas, usted bien sabe que
yo soy capaz de eso y mucho más, pero…
Se detuvo nuevamente como
tomándose un segundo para elegir las palabras adecuadas.
Esas son idioteces, idioteces
que están muy lejos de mi real capacidad.
¿Usted acaso cree que yo iría
a una clínica para hacer nacer deforme a una criatura?
¿En verdad me cree capaz de un
acto tan diminuto?
¿Voy a ir Yo al África a
hacerles pasar hambre a unos millones de bípedos?
¿De verdad ustedes los
asquerosos parásitos de las religiones creen que yo el poderoso señor de todo
el mal, (sus palabras iban tomando fuerza a cada suspiro hirviente que salía de
sus pantanosas fauces dejándose llevar por la furia incontenible de la bestia
que dominaba su ser), único poseedor de la sabiduría oscura, gran creador de la
nada informe, voy a detenerme a realizar actos tan insignificantes para mi
magnificencia?
Ahora con la serenidad en la
voz, como la mansa calma que precede a la más estrepitosa de las tempestades,
tan serena que se disimuló con la suavidad me dice:
¿En verdad usted me cree capaz
de eso Sr. Zaratustra?
Ahora que usted me lo hace
notar alteza, me doy cuenta que esos actos no están a su altura… (Siempre trate
de quedar bien con el diablo, uno nunca sabe dónde va a terminar, ¿verdad?)
Usted lo dijo, sabe cuál es el
problema, que los gusanos de carne, nunca reconocen las consecuencias de sus
actos, creen que se puede ir destruyendo el mundo a diestra y siniestra sin que
eso conlleve a consecuencias desastrosas para ustedes mismos, ( y para nosotros
también, aunque no lo crea), la naturaleza no es buena ni mala, estimado señor mío,
sino puro equilibrio.
Se pierde el equilibrio y se
desarma lo que había; ¿me comprende?
El equilibrio es como un
castillo de naipes, así de frágil.
Un leve suspiro puede hacerlo
caer, pero en esa sutil debilidad, en eso en apariencia tan efímero como un
castillo de naipes, es donde radica la mayor de sus virtudes.
Virtud que justamente ustedes,
monos sin pelos, nunca comprendieron.
¿Por qué cree usted acaso que
con mi opositor, mi hermano, aquel que gobierna libremente, sin ningún cliché que
lo condicione, no nos hemos desgarrado en batalla hasta que solo uno predomine?
¿Por qué nos gusta jugar
lentamente?
¡Pues no!, no es eso Richard,
(puedo llamarlo Richard, verdad)
– es un honor alteza...
Continúo el relato entre colérico
y excitado, afirmando cada palabra con la veracidad del más honesto, con la
certeza del más noble de espíritu.
Tal es así que cada minuto que
pasaba, cada vez más me embelesaba con la presencia de ese dios sin paraíso, de
ese ser supremo de la clandestinidad.
Simplemente no nos hemos
matado mutuamente porque, sino se perdería el equilibrio primordial, equilibrio
que ni él ni yo estamos dispuestos a quebrar.
Hay cosas mucho más allá del
insignificante entendimiento de los ortópteros peludos, hay cuestiones que ni
nosotros mismos podemos manejar…
¿Qué clase de cosas? Pregunte
tímidamente; como volviendo en mí.
Me dirige una feroz mirada que
adivino por entre las luminosas sombras que lo abrazan.
¿Qué cosas me pregunta?
Pues vea simpático mamífero, (prosiguió),
para una hormiga sería muy difícil entender que se pueda digitalizar una imagen
y hacerla viajar al otro lado del globo en tan solo segundos.
¿No cree? Imagine usted ahora
que yo tenga que explicarle que hay más allá de mi maravillosa presencia.
¿Cómo se sentiría usted explicándole
a una hormiga la digitalización de las imágenes?
Baje rojo de vergüenza la
mirada; entonces el con sarcástica sonrisa prosiguió…
No se avergüence Richard, lo más
practico en la naturaleza, lo más beneficioso, es, justamente, aceptar la
propia naturaleza de cada ser que la compone.
Se da cuenta la cantidad de
cosas que tengo aun por enseñarle que usted si, está en condiciones de
entender.
Pero no nos apresuremos,
tenemos toda la eternidad para seguir conversando...
viernes, 5 de octubre de 2012
El artrópodo optimista. Richard Zaratustra (1991)
-Hola
botija, como andas?
-Mal
che, la verdad para la miércoles.
-Ehhhhh!
Que mala onda viejo, ¿qué te paso?
-De
todo, primero estoy peleado con mi señora, le dije que no quería fecundar más
huevos y bue’ ahí esta no sé cómo paso, ahora estamos esperando 13.500 hijos,
encima en el laburo ando de mal en peor, tiraron cerca un par de tabletas de
gamexane y están reduciendo personal, por si esto fuera poco se me planto mal
la laucha de acá a la vuelta, dice que me vio entre su basura, le dije que yo
no era, que las cucarachas somos todas iguales, pero nada che, no quiere saber
nada, dice que donde me cruza me morfa;
¿quieres mas? Fui al antenista, me está
fallando la antena izquierda, así que ahora para orientarme es un quilombo; hoy
ya me quisieron pisar cuatro veces. Dos humanos, un perro, que además me quiso
tragar, y un gato que paso sin darse cuenta y casi más me lleva puesto.
Me tire
un rato panza arriba para descansar un poco y casi mas no la cuento, no me podía
dar vuelta…
Así que mira, dejémoslo ahí mejor.
-Que desgracia, todo mal loco.
La verdad me parece que estas meado por un escarabajo
carnudo o algo asi che.
-No
sé, mejor déjalo ahí… ¿y a vos como te va?
-Ahí
viste, por suerte ya cree anticuerpos contra el raid mata cucarachas.
Me estoy
por mudar a un barrio más céntrico…
-
¿A dónde te vas?
- A la cocina, dejo el patio y paso a la cocina che. En el laburo me dieron ese
ascenso que estaba esperando, ahora paso a manejar toda el área de control y
preparación de estiércol.
¡Ah! No te conté, estoy saliendo con Estiercola de Sorongo, ¿sabes cual te digo, no? la cucaracha
esa, la que sale en la tele, en la propaganda del veneno…
-¿La
del frasco negro?
- ¡Esa!, ¿viste que diosa, como se hace la muerta al final?
¡Esta buenísima, y no
sabes cómo aletea!
-
me imagino, la verdad que te va bien a vos che, ¿Cómo haces?
-
No sé, creo que es suerte. Bueno viejito, te dejo, tengo que ir al gimnasio,
nos vemos, cuídate.
-Si…chau,
nos vemos…me alegro que te vaya bie...
-Mira
vos a ese terrible hijo de mil p… venir a refregarme por la cara lo bien que le va,
que pedazo de… Para Enzo, para no te des manija que te suben los juguitos blancos y se te caga mas la antenita izquierda.
No te calentes que la vida da revancha, en
cualquier momento mi jefe cae en la casita yale que le deje abajo del
escritorio, y ahí si paso al frente, largo a la bruja y ya me vas a ver otra
que con la de la tele, me vas a ver con la esposa de raid huevon.
No te
calentes Enzo ¿mira si fueras una hormiga? ¿Qué serias ahora? Una recolectora,
como mucho una cortadora…
¿O mira si fueras abeja? ¡JA! Abeja esa sí que son
zánganas che.
¡Menos mal que sos cucaracha Enzito!
Lastras basura, andas entre la mejor de las mugres,
de los 13.500 huevos mas de la mitad va para la parrilla… (¡No tenes de que quejarte huevonaso!)
¡En cualquier momento pasas al
frente Enzo!
miércoles, 3 de octubre de 2012
martes, 2 de octubre de 2012
lunes, 1 de octubre de 2012
El día de los muertos
El Día de Muertos es una
celebración mexicana que honra a los ancestros durante el 2 de noviembre,
coincidiendo con la celebración católica del Día de los Fieles Difuntos. Aunque
se ve primariamente como una festividad mexicana, también se celebra en muchas
comunidades de los Estados Unidos donde existe una gran población
México-americana, y en una menor medida también se celebra en algunas partes de
Latinoamérica.
A pesar de ser un tema
morboso, esta festividad se celebra alegremente, y aunque ocurre en fechas
cercanas al Día de Todos Los Santos, y al Día de todas las Almas, en lugar de
sentirse temerosos de espíritus malévolos, el humor en el día de los muertos es
mucho más relajado, similar al Halloween, con un mayor énfasis en la
celebración, pero honrando las vidas de los difuntos.
Los orígenes de la celebración
del Día de Muertos en México, pueden ser trazados hasta la epoca de los
indígenas de Mesoamérica, tales como los Aztecas, Mayas, Purepechas, Nahuas y
Totonacas. Los rituales que celebran las vidas de los ancestros se realizaron
por estas civilizaciones por lo menos durante los últimos 3,000 años. En la era
prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y
mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.
El festival que se convirtió
en el Día de Muertos cayó en el noveno el mes del calendario solar azteca,
cerca del inicio de agosto, y era celebrado durante un mes completo. Las
festividades eran presididas por el dios Mictecacihuatl, conocido como la
"Dama de la muerte" (actualmente corresponde con "la
Catrina"). Las festividades eran dedicadas a la celebración de los niños y
las vidas de parientes fallecidos
Cuando los conquistadores
españoles llegaron a América en el siglo XV, ellos estuvieron aterrados por las
practicas paganas de los indígenas, y en un intento de convertir a los nativos
americanos al catolicismo movieron el festival hacia fechas en el inicio de
noviembre para que coincidiesen con las festividades católicas del Día de todos
los Santos y Todas las Almas. El Día de Todos los Santos es un día después de
Halloween, donde este último fue también un ritual pagano de Samhain, el día
céltico del banquete de los muertos. Los españoles combinaron las costumbres de
Halloween con el festival similar mesoamericano, creando de este modo el Día de
Muertos.
Cercana a esta celebración se
encuentra el Día de Todos Los Santos, Día de Todos Los Santos, fiesta religiosa
que se celebra en muchos países de tradición cristiana. En los países de
tradición católica, se celebra el 1 de noviembre; mientras que en la Iglesia
Ortodoxa se celebra el primer domingo después del Pentecostés. En ella se
veneran a todos los santos que no tienen una fiesta propia en el calendario
eclesial. Por tradición es un día feriado no laborable.
Existen versiones que señalan
que esta fecha fue establecida como una respuesta ante la celebración pagana
del 31 de octubre. Pero estas versiones no resultan muy sólidas por cuanto la
celebración del "Halloween" o "día de las brujas" es una
festividad proveniente de los Estados Unidos de América. En España, dentro de
la tradición católica se realiza una visita donde yacen los seres queridos. En
Cataluña se celebra la denominada castanyada en la que se comen boniatos,
castañas y panellets. En México se hacen ofrendas para agasajar a los
fallecidos y celebrar esos dos días, que se quitan el día 2 por la noche,
pudiéndose consumir en ese momento.
Fuente: diadelosmuertos.yaia