sábado, 19 de mayo de 2012

Caravaggio, el genio violento creador del Tenebrismo Barroco


Los amigos de Caravaggio, su actividad diaria y sus peleas frecuentes -incluyendo una que le supuso una sentencia de muerte del papa Pablo V- aparecen descritos en registros policiales, pergaminos legales y judiciales encuadernados en pesados tomos y preservados cuidadosamente en este repertorio único de la historia romana durante el Renacimiento y los años posteriores.
   La imagen que estos documentos dibujan de él es la de un hombre irascible, que se paseaba por la ciudad llevando armas personales -una espada, un puñal o una daga- sin autorización escrita y presumiendo que disfrutaba de la protección de las autoridades eclesiásticas, que le encargaron alguna de sus obras más famosas.

Tuvo frecuentes enfrentamientos con la policía, se metió en problemas por lanzar un plato de alcachofas cocinadas a la cara de un camarero de una taberna y por hacer un agujero en el techo de su estudio alquilado de forma que sus gigantescas pinturas pudieran caber dentro. Su casera lo denunció, así que él y un amigo se vengaron arrojando piedras contra su ventana.

Todos estos hechos están documentados con testimonios de testigos en esta colección de pergaminos amarillentos, difíciles de descifrar para los que no son especialistas, pero ricos en detalles para un bibliotecario experimentado.
 Los documentos proporcionan un nuevo testimonio también de su pelea más seria, en mayo de 1606, en la que mató a alguien llamado Ranuccio Tommassoni.
 Esta reyerta, similar a un enfrentamiento entre pandillas modernas rivales, fue planeada por ocho individuos que ahora han sido identificados.
 Caravaggio y sus tres compañeros, uno un capitán en un ejército del Papa, encontraron a sus rivales en la pista de juego de palma del Campo de Marzio, donde vivía el artista.

(El juego de palma consistía en una pelota con una cuerda adjunta, una especie de tenis primitivo, que algunos romanos ancianos todavía recuerdan porque se jugaba en las calles de la capital italiana a mediados del siglo XX).
 Biógrafos sugirieron la idea de que era en realidad una pelea motivada por una mujer, pero el texto del juzgado indica que la reyerta se produjo por una deuda derivada de una apuesta. Caravaggio mató a Ranuccio y huyó de la ciudad.

4 mayo 1598: fue arrestado a las 2:00-3:00 AM cerca de la Piazza Navona por llevar una espada sin permiso.
19 noviembre 1600: fue demandado por golpear a un hombre con un bastón y romper su capa con una espada a las 3:00 AM en la Via de la Scrofa.
2 octubre 1601: un hombre acusa a Caravaggio y a sus amigos de insultarlo y atacarlo con una espada cerca de la Piazza Campo Marzio.
24 abril 1604: un camarero se queja de un asalto luego de servirle alcachofas en una taverna en la Via Maddalena.
19 octubre 1604: lo arrestan por arrojar piedras a un policía cerca de la Via dei Greci y la Via del Babuino.
28 mayo 1605: es detenido por llevar una espada y una daga sin permiso en la Via del Corso.
29 julio 1605: el notario del Vaticano lo acusa de atacarlo por la espalda con una arma.
28 mayo 1606: Caravaggio mata a un hombre durante una pelea en la zona del Campo Marzio.
Uno de los amigos del pintor resultó gravemente herido y fue llevado a prisión y posteriormente a juicio. La nueva evidencia surge precisamente de los informes del sumario de este proceso.
 Caravaggio, por su parte, se refugió en Malta y Sicilia, donde recibió nuevos e importantes encargos artísticos. La sentencia de muerte dictaminada por el papa Pablo V, cuyo retrato acababa de pintar, le fue impuesta en su ausencia.
 Los documentos también arrojan luz sobre la muerte del artista en Porto Ercole al norte de Roma en julio de 1610. No falleció sólo en una playa cuando escapaba de sus acreedores y la policía, como afirman sus biógrafos, sino en una cama de hospital.
 A los 38 años se encontraba regresando a Roma desde el sur, convencido de que sus poderosos amigos habían logrado el perdón por sus delitos.
 
Los documentos que registran la vida de Caravaggio en Roma están escritos en una mezcla de latín, jerga legal y un italiano vernáculo subido de tono que cualquier romano moderno podría entender fácilmente.

Necesitaban una cuidadosa restauración, ya que parte de los pergaminos se están deteriorando debido a que el ácido de la tinta devora literalmente las páginas.

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