sábado, 11 de febrero de 2012

Remolino psicotico


Tartamudo como el golpear del tren, balbuceaba frases inentendibles; las escupía como espesa saliva de borrachera, las vomitaba como sangrante coagulo estomacal.
Nadie entendía sus frenéticas palabras, no creo que llegaran a significar algún concepto coherente, solo heréticas tribulaciones de un maniático febril, con salvaje mirada perdida y desorientada.
 Los comensales se reían de su desesperación, se burlaban abiertamente de sus recónditos tormentos que fluían como un chorro de agua de su despoblada boca purulenta. De pronto un golpe mal dado da de lleno en la cabeza del desquiciado, dejándolo embotado por unos minutos; una atronadora carcajada general explota en el aire.
Su cabeza le duele horrores, sus pesadillas se arremolinan todas juntas propiciando ese terrible huracán que las píldoras consiguen contener, la sangre bulle en sus venas hinchadas por el odio.
Sangre, sangre salada que brota a raudal de los restos irreconocibles; las Erinias vengadoras otra vez interfieren con su tratamiento; la salida del Hades cada vez esta mas lejos, se dice mientras enjuga sus manos carmesí.

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